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por Claudia Ortín Sancho
Zaragoza ha vivido un cambio radical en materia de movilidad y una de las grandes protagonistas
es la bicicleta. El Ayuntamiento puso en marcha un Observatorio en el
que se estudian nuevas opciones de impulso a este medio de transporte.
Su presidente asegura que utilizar la bici aporta beneficios a toda la
ciudad.
Zaragoza.- La apuesta del
Ayuntamiento por los medios de transporte sostenibles continúa. Prueba
de ello es el proyecto de una segunda línea del tranvía y también la
creación del Observatorio de la Bicicleta. Un organismo municipal en el
que diferentes colectivos relacionados con la movilidad urbana estudian y
plantean propuestas para incentivar el uso de las bicis.
Utilizar la bicicleta, tal y como defiende el presidente del
Observatorio y concejal de Izquierda Unida, Pablo Muñoz, produce
beneficios tanto a los usuarios como a los que no lo son. Beneficios
medioambientales, menos ruido, calles más pacíficas… De ahí que uno de
los objetivos de este organismo sea crear un barrio “slow”.
La
actualidad también marca la movilidad urbana en la capital aragonesa. La
sentencia del Tribunal Supremo prohíbe la circulación de bicis por las
aceras y la nueva Ley de Tráfico obliga a los menores de 16 años a
llevar casco por la ciudad.
Pregunta.- ¿Cómo valora la sentencia del Tribunal Supremo que prohíbe la circulación de bicis por las aceras?
Respuesta.- Es una valoración agridulce. La parte positiva es que hace
reflexionar a la ciudad sobre el uso de los espacios de convivencia.
Esta ciudad, positivamente, lanzó la idea de que en las aceras podían
convivir ciclistas y peatones. Eso ha funcionado bastante bien, sobre
todo cuando no había carriles bici suficientes. Lo cierto es que ahora,
con la explosión ciclista y las nuevas infraestructuras, tenemos que
replantearnos este espacio y limitar mucho más el uso de las aceras.
La parte negativa es que nos ancla a los años 20. Un modelo en el que
no existen bicicletas y no contempla usos muy básicos como llevar a un
niño o circular por espacios que deberían estar permitidos. Creo que la
sentencia tiene esa doble cuestión porque se basa en que los
ayuntamientos no tienen capacidad de regular cómo se tienen que usar
nuestras calles.
P.- Se iban a crear dos comisiones para abordar las medidas a desarrollar. ¿Cómo va este tema?
R.- Por un lado está la Comisión técnica, creada por técnicos del
Ayuntamiento, en la que se van a hacer los estudios oportunos. Por otro
está la Comisión política, que se reunió una vez con todos los partidos
políticos del Consistorio. Ahí lo que acordamos fue que la solución que
le demos al asunto sea la definitiva y no hagamos cambios de escenarios.
Si se acaba cumpliendo el cambio de normativa que va a proponer el
Gobierno estatal nunca llegará a aplicarse en sus propios términos. No
forcemos su aplicación por unos días si va a haber cambio de normativa.
Ese es el consenso, pero nosotros como Izquierda Unida pensamos que
faltaba la parte social.
P.- ¿Cuándo podría aplicarse esta sentencia?
R.- La ley establece unos plazos, pero dentro de ellos habrá algún
margen de maniobra. Es decir, el Tribunal Supremo lo tiene que comunicar
al Tribunal Superior de Justicia, que a su vez lo tiene que comunicar
al Ayuntamiento, que a su vez tiene que dar cuenta en un Pleno, que a su
vez tiene que publicarlo en el Boletín Oficial de la Provincia. Eso nos
da unos plazos de manera natural para que fuera efectiva la sentencia
hasta después del verano. Si es verdad que el nuevo Reglamento de
Circulación estatal se aprueba antes de verano, ya no tendría efecto
porque esa sentencia se basaría en una normativa anterior.
P.- ¿Qué va a pasar con el carril pintado en Independencia?
R.- En este periodo transitorio sigue la cosa igual porque la que rige
es la ordenanza de Zaragoza. A partir de ahí, si la normativa estatal
sale aprobada nos darán autonomía a los ayuntamientos para regular el
uso de las aceras. Entonces el Ayuntamiento podrá decidir si seguir
manteniendo el paso por las aceras o impulsarlo a la calzada. Quedará
pendiente de decidir.
Yo creo que hay que modificar posición.
Parece absurdo que se hayan hecho dos reformas de un paseo que, de
fachada a fachada, tiene más de 40 metros y no hayamos podido dejar dos
metros para el uso de las bicicletas en un sitio que quizás sea el
principal espacio peatonal, con bastante gente mayor y bastantes
terrazas. Creo que ha sido una gran equivocación de los sucesivos
gobiernos no haber hecho un carril bici allí.
SEGURIDAD PARA LOS CICLISTAS
P.- ¿Cree que la aplicación de esta sentencia va a suponer un descenso
en el uso de la bicicleta por el miedo a circular junto al resto de
vehículos?
R.- Quizás en un primer momento, pero tenemos unos
meses para que se deje de producir. Es el momento de redoblar la
construcción de carriles bici y hacer los cursos de circulación de
bicicleta en calzada. Va a mejorar muchísimo la percepción ciudadana de
la bicicleta y así conseguiremos más bicicletas en la calzada y más
tranquilidad para circular en la ciudad.
Más bicicletas en una
vía hacen que la vía sea más calmada, sea más amable e incite a más
ciclistas a circular por ella. A medio plazo es una medida que
incrementará su uso.
P.- ¿Qué se puede hacer para que desaparezca ese temor entre los ciclistas?
R.- Primero hay que aprender de lo que hace Europa. Hay que darle
seguridad al ciclista. Hay que asesorarle. En París, en todas las calles
de la ciudad se les deja que, en los cruces sencillos cuando no hay
peatones, puedan atravesarlos haciendo su desplazamiento más rápido. Por
otro lado, se pueden diseñar los itinerarios buscando trazados con
menos tráfico. Finalmente, tenemos que hacer que los vehículos respeten a
las bicicletas.
P.- La semana pasada entró en vigor la Ley de Tráfico que obliga a los menores de 16 años a circular con casco…
R.- Para mí es una victoria, pero no por el resultado, sino por la
amenaza. En un principio se quería obligar a circular con casco a todo
el mundo. Algo que anulaba el servicio Bizi y hacía que la bicicleta
fuera poco práctica. No estaba justificado y las estadísticas no
demuestran que sea necesario utilizar casco en la ciudad.
Que
al final se limite a jóvenes menores de 16 es una victoria, pero va a
ser complicado. No sé si veo que jóvenes de esa edad lleven casco, pero
frente a la obligación de todo el mundo, me parece un éxito.
BARRIO SLOW, prioridad para bicis y nuevos carriles
P.- La movilidad es una de las grandes apuestas del Ayuntamiento de
Zaragoza. Durante unos años la bicicleta ha tenido un fuerte respaldo
del Gobierno local, ¿cree que sigue siendo así o se está relajando?
R.- Nosotros pedimos presidir el Observatorio de la Bicicleta porque
vimos que había un parón. Cuando Izquierda Unida entró al Ayuntamiento
quisimos promover este medio de transporte. El equipo de Gobierno de
entonces, PSOE-PAR, lo fueron asumiendo. Me acuerdo que metimos casi 2,5
millones de euros en los Fondos FEIL. Tuvimos que forzar políticamente
al Ayuntamiento. Cogió velocidad de crucero y la cosa iba bien, pero
ahora veíamos que había un parón y faltaba decisión para seguir con las
infraestructuras.
Por dos años, el borrador de presupuestos del
Ayuntamiento no contemplaba el suficiente dinero para infraestructuras y
tuvimos que introducir enmiendas para mejorarlo. Por dos veces vimos
cómo les costaba ejecutarlo. Por eso pedimos presidir este organismo.
Para el usuario de la bicicleta y para el que no lo es interesa que
haya bicicletas en la ciudad. Es decir, los beneficios que uno tiene
porque otra persona use la bicicleta son grandísimos. A nivel de
contaminación, de ruidos, de calles, de inversión… Las ciudades europeas
están intentando promover este medio hasta un porcentaje de usos
importante.
P.- ¿Dónde quedan pendientes carriles bici en la ciudad? ¿Y estaciones BiZi?
R.- Estaciones BiZi faltan en casi toda la margen derecha. Falta San
José, Torrero, toda la orla Oeste, los barrios tradicionales… Este
sistema se creó con una contrata de publicidad y tendría que hacerse
como un contrato de transporte. Si apostamos por la bicicleta deberemos
crear un sistema público de transporte y esa será nuestra propuesta.
Respecto a los carriles bici, faltan las grandes avenidas. Tenemos que
conseguir bajar desde Torrero al centro; desde Delicias por la avenida
de Valencia; la avenida de Navarra, de Madrid, Duquesa Villahermosa…
Nuestro modelo siempre ha sido un modelo radial, con unas líneas circulares que cosan y, a partir de ahí, calles pacificadas.
P.- El Observatorio de la Bicicleta propone instalar semáforos
intermitentes o ceda el paso de modo que los ciclistas sólo tengan que
parar si hay peatones cruzando. Ustedes aseguran que con este sistema se
ganaría un 30% más de rapidez en los desplazamientos…
R.-
Dependería de los itinerarios. Hay cuatro argumentos para defender esta
medida. Primero, que lo están haciendo en toda Europa. Segundo, que
muchos ciclistas ya lo hacen y no están colisionando con peatones. En
tercer lugar, se le da más seguridad a la vía ya que el coche no tiene
que arrancar con la bicicleta al lado porque la bici va delante y eso
hace que el coche tenga más capacidad de salida.
Hablamos de un
30% porque hay una parte de esos semáforos que están pensados para que
atraviesen los peatones cuando hay vehículos. Hay que recordar que los
semáforos aparecieron con los coches. Convivían tranvías y bicicletas y
todo se regulaba con señales de ceda el paso. Cuando llegaron los coches
se tuvo que regular porque tienen más capacidad de producir daños. No
es lógico que todos los demás medios de transporte estén sometidos al
vehículo privado.
P.- ¿Y sobre la idea de crear un barrio “slow”?
R.- Ya hay varios barrios interesados. Se han puesto en contacto con el
Observatorio de la Bicicleta y han pedido ser los seleccionados. En
unas semanas haremos una convocatoria de barrios y lanzaremos la idea
del seleccionado para que el conjunto del organismo analice la movilidad
peatonal, ciclista, los autobuses y accesos de todo el barrio para
hacerlo accesible universalmente.
Es una medida de cuidar
nuestro urbanismo, de hacerlo más amable y cómo somos capaces de diseñar
un barrio a la escala de las personas. Francesco Tonucci escribió el
libro “La ciudad de los niños” y decía que si creamos un barrio a la
escala del más débil, el niño, probablemente será una calle sin humos,
sin ruidos, donde todos disfrutarán más y será más amable. Por lo tanto,
la filosofía es diseñar la ciudad para el más débil de la vía.
P.- ¿Es posible una buena convivencia entre peatones, ciclistas, turismos y autobuses?
R.- Sí. De hecho, es posible que en 2020 los desplazamientos en
bicicleta lleguen al 14%. Es un reto que se han propuesto otras
ciudades. Ahora estamos en 60.000 diarios y las condiciones de Zaragoza
se dan para que sean muchos más.
Hay sitios en los que la
convivencia tiene que ser con vías segregadas y lo que hay que hacer
cuando hay sólo una vía es dar prioridad. Primero a los peatones, luego a
los ciclistas, luego al transporte público y finalmente al privado, por
ese orden.
Hace quince años era imposible pensar que en
Zaragoza se podía circular así. Con un poco de perspectiva podemos decir
que se circula bien y somos respetuosos. Siempre se puede mejorar, pero
los vehículos, ciclistas y peatones somos bastante respetuosos
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