Catesby Holmes Apr 18, 2014
En la creciente ciudad de Santiago
de Chile el porcentaje de personas que se desplazan diariamente en bicicleta
está aumentando un 20 por ciento al año , las muertes de ciclistas están
bajando ( el 34 por ciento entre 2011 y 2012 ) , y la bicicleta en alquiler se
expande (ahora en tres barrios) . Se estima que unos 800.000 santiaguinos se
mueven por la ciudad sobre dos ruedas. Entonces, ¿por qué no lo celebran los
ciclistas?
A pesar del creciente número de usuarios, la infraestructura de transporte de Santiago " no es de alta calidad, y no es suficiente ", según César Garrido , un defensor del ciclismo local. Declaró al reportero especial de CNN Chile: "Hace cinco años puede que fuese avanzada, ahora está saturada".
Con 133 millas de ciclovías , Santiago sobrepasa a muchas ciudades similares, pero está muy por detrás de Bogotá (233 millas) , una ciudad de tamaño similar. Su red también sufre numerosas deficiencias, dicen los ciclistas : carriles terminan abruptamente , serpetean alrededor de los postes de luz , y cruzan por el medio de las aceras. El límite de velocidad de 45 mph en arterias urbanas aumenta el riesgo de muerte del ciclista en una colisión.
A pesar del creciente número de usuarios, la infraestructura de transporte de Santiago " no es de alta calidad, y no es suficiente ", según César Garrido , un defensor del ciclismo local. Declaró al reportero especial de CNN Chile: "Hace cinco años puede que fuese avanzada, ahora está saturada".
Con 133 millas de ciclovías , Santiago sobrepasa a muchas ciudades similares, pero está muy por detrás de Bogotá (233 millas) , una ciudad de tamaño similar. Su red también sufre numerosas deficiencias, dicen los ciclistas : carriles terminan abruptamente , serpetean alrededor de los postes de luz , y cruzan por el medio de las aceras. El límite de velocidad de 45 mph en arterias urbanas aumenta el riesgo de muerte del ciclista en una colisión.
Frente a estos desafíos, muchos ciclistas han optado por circular por las aceras de Santiago. Un estudio reciente realizado por Macleta, un grupo de ciclismo femenino con sede en Chile, mostró que el ciclismo de acera era el dominante en dos de los cuatro puntos observados, constituyendo el 90 por ciento de los ciclistas en la zona de Providencia y el 80 por ciento en la zona residencial de Las Condes. Sólo en el distrito de Ñuñoa , al sur de Providencia, hubo una mayoría (88 por ciento) que prefería circular por la calzada. En dos de los cuatro puntos había carriles bici a pocas manzanas.
El problema no es nuevo - Macleta ha ofrecido clases de habilidades
destinadas a frenar el ciclismo de acera desde el año 2011 , pero conforme
crece el boom del ciclismo urbano los peatones se sienten cada vez más asediados.
Los residentes de Providencia "han desarrollado el hábito de abrir sus
puertas lentamente para mirar antes de salir" para evitar ser atropellado
, dice la investigadora de Macleta Sofía López Carrasco. La cuestión es objeto
de acalorados debates en los medios sociales y la televisión, en los que grupos
Peatones Furiosos y el movimiento Furiosos Ciclistas batallan por el espacio de
la acera . A principios de este mes, un peatón desconocido lanzó a un ciclista de
acera a la calzada. El ciclista sobrevivió, pero requirió puntos de sutura para
sus heridas.
Conforme crece el boom del ciclismo urbano los peatones se sienten cada vez más asediados.
Conforme crece el boom del ciclismo urbano los peatones se sienten cada vez más asediados.
"No es culpa de los ciclistas", dice César Garrido, del Furiosos Ciclistas . "Hay un problema de diseño". Marcos Chase, de la consultora internacional de transporte Nelson\Nygaard , coincide en que el problema no se trata sólo de ciclistas que se portan mal, sino de una mala política . "Los comportamientos y las instalaciones se complementan en materia de seguridad", por lo que las ciudades deben "diseñarse para la población más vulnerable - los muy jóvenes, muy viejos , y los inexpertos" dice.
Una red bien diseñada podría, por ejemplo, incluir ambos carriles en la vía pública y , carriles para bicicletas segregados. Aunque los automóviles particulares representan sólo un 30 por ciento de los viajes en Santiago, la ciudad ha mostrado poca voluntad política para restarles espacio, incluso se han pintado carriles para bicicletas en las aceras para evitar molestar a los conductores .
La experiencia de otros lugares sugiere que para fomentar con seguridad alternativas de transporte se requiere un cambio radical de arriba hacia abajo del dominio del coche. La ciudad de Nueva York duplicó el número de ciclovías entre 2006 y 2013, convirtió franjas de Broadway en plazas peatonales , y puso en marcha el sistema de préstamo de bicicletas más importante del mundo . Bogotá y de Ciudad de México- que ocupan el primer y tercer lugar de la clasificación de capitales latino americanas ciclable - utilizan innovaciones de bajo costo para combatir la congestión del tráfico: carriles exclusivos para autobuses , aparcamientos convertidos en carriles bici, zonas de parada para bicicletas en los semáforos , y la reducción de los límites de velocidad .
Santiago es un ejemplo de lo que puede ocurrir en las ciudades modernas que no sean capaces de anticipar una mayor demanda de espacio de uso de la bicicleta . Santiago ha exigido muy pocas renuncias a sus 1.600.000 conductores. El resultado es un boom de ciclistas que no tiene lugar por el que ir, excepto la acera.
Publicado en: http://www.theatlanticcities.com/commute/2014/04/when-does-cycling-boom-go-wrong-when-everyone-rides-sidewalk/8909/
Catesby Holmes trabaja en el Programa América Latina de Open Society Foundations , en Nueva York. Escritora independiente y ex editora de viajes , ha publicado en la revista Travel + Leisure , jet-set , Endless Vacation , y Global Urbanista , entre otros.
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