Eda Cleary (vecina de Providencia, Junta de Vecinos N° 5A El Bosque Oriente)
Señor Director:
En el artículo publicado hace unos días por El Mostrador “Providencia:
el paso siguiente”, sus autores mencionan como uno de los “progresos”
de la actual gestión comunal lo que denominan la introducción de un
“concepto más complejo de movilidad urbana” a pesar de su tono crítico
con la alcaldía actual. Sorprende esta afirmación si se constata que
nuestra comuna sufre a partir de Errázuriz los nefastos efectos de un
escandaloso impulso “irresponsable” y “voluntarista” del ciclismo en
las veredas. Los vecinos estamos hartos del uso manipulador del lenguaje
para esconder la incapacidad de formular políticas públicas comunales
racionales cumpliendo con lo básico de todo proceso de planificación:
diagnóstico certero, proposición de un plan de inversiones, búsqueda de
financiamiento, ejecución, puesta en práctica, evaluación y corrección.
Si no se cumplen estas reglas, lo “participativo” y lo “dialogante” del
proceso no sirven de nada.
En una entrevista la alcaldesa
Errázuriz confesó su receta para gobernar Providencia: “diálogo más
diálogo” y cuando eso no resulta “seguir con el diálogo”. Si bien es
cierto el diálogo es necesario en cualquier gobierno democrático, si
éste no se ajusta a la ley, se torna un diálogo entre sordos. La Ley de
Tránsito dispone que las veredas o aceras son exclusivamente peatonales.
Por otro lado, los alcaldes podrán extender permisos especiales de uso
de la vía pública o de las veredas en caso de emergencias, de
celebraciones y otros, pero en ningún caso en forma permanente y que
altere el orden dispuesto por la ley válida para todos por igual.
Carabineros tiene la misión de mantener el orden público y coordinarse
con las alcaldías para el cumplimiento de sus labores.
La
alcaldesa decidió impulsar el uso de las bicicletas en Providencia
argumentando que era un medio “limpio” de transporte. Provocó una
explosión de expectativas antes de planificar nada, cuyo resultado ha
sido la invasión de las veredas de Providencia por parte de ciclistas a
toda hora del día, haciendo peligroso el uso de las veredas por parte
de los peatones de toda edad. Ante mis reclamos, la Oficina de Atención
del Vecino de Providencia me contestó por mail que este era un problema
de “convivencia” entre ciclistas y peatones en la vereda. Que había que
aprender a “compartir” los espacios públicos. La irracionalidad y el
voluntarismo de esta aseveración es insultante.
¿Quién enseñará a los
ciclistas a respetar a los peatones? La respuesta es NADIE. A diario
soportamos la insolencia de ciclistas “empoderados” por la alcaldesa y
que se sienten éticamente superiores por usar un medio de transporte
ecológico. Transitan a altas velocidades por las veredas, a veces en
patota, tocando la bocina para que los peatones se corran y los dejen
pasar. Si no les dan la pasada “a tiempo”, muchos ciclistas garabatean y
ofenden a las personas sin contemplaciones, se pasan a las franjas
verdes de las veredas destruyendo el pasto y escuchando al mismo tiempo
música con audífonos. No conocen ninguna regla de tránsito y los
peatones tenemos que estar atentos a los ciclistas en ambas direcciones
para que no nos atropellen.
La 19° Comisaría de Carabineros se ha
adaptado a esta política alcaldicia renunciando a su misión de hacer
cumplir la ley de tránsito como lo hacen en la vía pública. La única
medida que han tomado en conjunto con la alcaldesa es enviar a tres
carabineros en bicicleta a “rogarles” a los ciclistas que se bajen de la
vereda en una comuna de más de 200.000 habitantes y con una población
flotante de cientos de miles de personas diarias adicionales. Juzgue
usted!!! Es decir, estamos en el “sálvense quien pueda” y ante una
ética institucional “sin obligaciones ni sanciones”.
Fue tanta la
presión y los reclamos de vecinos contra esta situación, que la
alcaldía se vio obligada a colgar carteles en la comuna que dicen que
las veredas son peatonales, pero sin disponer ninguna medida para que
esta regla se cumpliera. Los ciclistas siguen siendo dueños y señores de
las veredas cuando lo estimen conveniente y los automovilistas no
necesitan incomodarse pues ocupan la vía pública en forma exclusiva.
En todas las grandes ciudades del mundo como Berlín, Londres o París,
los ciclistas circulan por ciclovías o en su defecto en la franja
derecha de la vía pública. Para ello las autoridades fijan reglas claras
y multas contra quienes contravienen esta norma. Los automovilistas
saben que deben respetar a los ciclistas y éstos a su vez entienden que
deben conocer y respetar las reglas del tránsito por su propia seguridad
y la de los demás y las cosas funcionan. ¿Por qué no habría de
funcionar en Chile?
Al parecer a la alcaldesa y a sus equipos no
les importa la experiencia internacional. Se escudan en que el
Ministerio de Transporte es la institución llamada a regular esta
situación. Mientras tanto insisten en la interpretación “mañosa” de la
ley en nuestra comuna y le disputan el espacio a los peatones
transformando este conflicto en un “asunto entre privados”. Su
obligación es impulsar una política pública consistente en base a la ley
y que garantice la movilidad de todos los miembros del tránsito con un
mínimo de seguridad con claras reglas. El mencionado “nuevo concepto de
movilidad urbana” ha dejado al criterio de cada cual como debe
comportarse en los espacios públicos.
En el marco del actual estado de
cosas, donde ya una vecina falleció a causa del atropello por parte de
un ciclista, sin contar los numerosos peatones accidentados, lo único
que cabe es hacer cumplir la ley vigente y mejorarla. Los automovilistas
deben respetar a los ciclistas en la vía pública haciendo uso del
único instrumento eficaz a nivel mundial que son las multas. Por otro
lado y en relación a las multas contra ciclistas infractores de la ley,
el Ministerio de Transporte debe exigirles sacar una patente en su
respectiva comuna, hacer un curso de tránsito, portar su carnet de
identidad y hacerlos claramente individualizables como cualquier
automovilista que usa la vía pública y que atropella a otro o causa un
accidente. Se debe introducir la obligación de un seguro contra
accidentes para los ciclistas también. Actualmente Carabineros no
tiene derecho a retenerles el carnet de identidad como se hace cuando se
les pasa partes a los conductores de vehículos porque no tienen
registro de ninguna especie ni en la comuna ni en ninguna parte.
El “paso siguiente” en Providencia, es que las nuevas autoridades tomen
conciencia de este problema mayor y lo resuelvan racionalmente
cumpliendo con estándares internacionales. No basta con que el ciclismo
sea un medio de transporte limpio, se requiere también que sea
sustentable socialmente.
¡Las veredas son para los peatones¡
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