Viernes 30 de octubre de 2015
Muy buenos dias y gracias por permitirnos intervenir en este Pleno.
Queremos empezar nuestra intervención citando la misma frase, que aunque parezca muy difícil, hemos oído decir a varios de los concejales aquí presentes. Una frase que ha dicho el Sr Alcalde Pesro Santiesteve, el Concejal Sebastian Contín, la Concejal Lola Ranera, la Concejal Letizia Crespo y la Concejal Sara Fernandez. La frase es "en movilidad la prioridad debe ser el peatón"
También queremos citar unas declaraciones del Sr Alcalde de hace apenas unos días a un programa de televisión donde dijo que "Zaragoza destaca en transparencia, participación y no privilegios" y estamos seguros de que así debe ser también en este asunto.
Creemos que ha llegado el momento de acabar con este enfrentamiento entre peatones y ciclistas
El objetivo de que la bicicleta se integre en el tráfico urbano puede convertirse en realidad si se controlan algunos devaneos domingueros y las presiones no se salen de madre.
La Concejal de movilidad monta en bici y el equipo que la asesora está muy sensibilizado con la insoportable contaminación de la capital, con reducir el impacto del coche, fomentar el transporte público y el uso de la bicicleta como alternativa, entre sus prioridades.
Pero para que este órdago funcione, hace falta una decisión política que nos permita coger,-esta vez, si- la buena ola que nos viene de Europa. También, se hace necesaria una buena dosis de vaselina en materia de comunicación, porque la contracomunicación del lobby del coche va a pisar el acelerador del miedo a fondo. Por supuesto, hacen falta los ciclistas urbanos, tanto la avant-garde, como los valerosos noveles. Y, cómo no, hacen, hacemos, falta los ciudadanos peatones.
Pero: ¿Cómo vamos a enfrentar este reto si la guerra fría nos mantiene atrincherados a los peatones frente a los ciclistas urbanos?
A lo largo de todos estos años nos hemos preguntado acerca del motivo por el cual muchos peatones rechazan, incluso odian, a los ciclistas urbanos. Hemos llegado a la conclusión, acertada o no, de que la causa principal es, nada nuevo en el panorama bélico mundial, la defensa del territorio. En la guerra anterior, la que libraron el coche y el peatón, el enemigo fue tan poderoso que apenas hubo resistencia. Tal fue su poder, que nos acostumbraron a una ciudad llena de vías rápidas y semáforos cortos, de minúsculas aceras y de ahumadas plazas, de ruidosas dobles filas y de pertinaces atascos, y nos obligaron a refugiamos en los parques para hablar de nuestras cosas y respirar a fondo. Y en eso, llegó la bici.
Cuando arribaron los ciclistas expulsados de la calzada paulatinamente, usurparon las minúsculas aceras a través de una infraestructura denominada acera-bici y las hicieron, más que peligrosas, conflictivas. Y este conflicto, marcó la relación bici-peatón en los años venideros. Los ciclistas entraron también en los parques e incomodaron a niños y ancianos, que ya se habían acostumbrado a la puñetera pelota. Por si fuera poco, muchos cicleatones a bordo de las BiziZaragoza obligan a muchos vecinos a hacer un ceda el paso cada vez que salen del portal o de una tienda ¡Y todo ello, hay que joderse, a pesar de que tienen, tenemos, la prioridad por ley y por ordenanza! ¿Cómo narices no les van a odiar si han invadido la reserva india a la que los habían, nos habían, confinado?
Por desgracia, Zaragoza no ha sido la excepción. Hay ciudades que, con el mayor descaro, siguen quitando espacio a los peatones y lo venden bajo el concepto de “convivencia” en amplios espacios peatonales, o lo camuflan bajo el nombre genérico de carril-bici para burlar las ordenanzas. La calzada (por dónde pasan los coches) ni pisarla; La palabra “acera”, ni mentarla. Una cosa es que no se atrevan a importunar al coche y otra es que se les revuelvan los peatones, que ahora son mucho más listos y se van al juzgado a las primeras de cambio.
Si queremos que la cosa de la bicicleta cambie en Zaragoza, pero de verdad, hay que devolver a los peatones su territorio. Primero, por justicia. Segundo, como ofrenda de paz y como base imprescindible para forjar una nueva estrategia común. Un punto de partida sería despintar, progresivamente, todas y cada una de las aceras-bici de la ciudad e ir diseñando, a la par, las vías alternativas por la calzada.
El impacto mediático de esta pintoresca reconquista sería brutal y, estamos seguro, marcaría tendencia en el resto de España. Al mismo tiempo, redoblar nuestros esfuerzos para que la guerrilla de cicleatones invasores de la acera sea derrotada antes de que se convierta en endémica.
Porque ¿están preparados nuestros gobernantes para este tránsito de la acera a la calzada, para recibir a los ciclistas y a hacerlos protagonistas de la intermodalidad que viene, quien sabe, si por última vez?
Y queremos terminar esta intervención citando a la Vicealcaldesa que ayer recordaba que "La democracia empieza en lo próximo, construyendo desde los barrios, contando con sus vecinos y vecinas". Deseamos que así sea, y que podamos participar las vecinas y vecinos.
Gracias por escucharnos
(agradecimiento especial a deteibols)